El chalazión es una lesión palpebral nodular que se origina por la obstrucción de una de las glándulas que producen el componente grasoso de la lágrima. Aproximadamente un 25% de los casos de chalazion desaparecen sin tratamiento alguno. Sin embargo en muchas ocasiones el chalazión se cronifica y requiere algún tipo de tratamiento.
En la fase aguda inflamatoria, se aplican paños tibios varias veces al día para ayudar a reabrir el conducto bloqueado y se recomienda la aplicación de antibiótico y antiinflamatorio local. En la fase crónica, debe realizarse el drenaje y curetaje de la glándula afectada utilizando anestesia local. El procedimiento es corto y ambulatorio. El paciente debe utilizar una cura oclusiva en las horas siguientes al procedimiento y se indica tomar algún analgésico para evitar el dolor postoperatorio. En algunos casos puede recomendarse la administración de corticoides intralesionales para eliminar la lesión cicatrizal residual.